viernes, 29 de noviembre de 2013

-Capítulo 8_Advertencia

-Capítulo 8_Advertencia

Llevo una tarde y una noche encerrado en este edificio y ya estoy empezando a perder la noción del tiempo.
No sé qué hora es, pero me levando al sentir que no puedo dormir más. Llevo 24 horas sin comer ni beber nada, y ya no se por donde buscar.

Algo acongojado, abro la puerta con la llave y me asomo un poco para comprobar que no hay ningún hematófago esperándome para desayunar.
Salgo del todo y me guardo la llave por si acaso.
Pero entonces me doy cuenta de que el pasillo en el que me encuentro no es el pasillo de las puertas.
Me vuelvo, intento abrir mi puerta pero no se abre. Pruebo metiendo la llave y tampoco funciona. Perfecto.

Ya nervioso y sin saber adonde ir comienzo mi desfile solitario por los pasillos.
Justo estaba a punto de torcer una esquina cuando una criatura de metro veinte me salta encima emitiendo un bufido.
Pego uno de mis ya mencionados gritos y una risa infantil con un toque demencial resuena por todo el pasillo.
Exasperado, observo a un niño rubio con una quemadura en la mejilla izquierda revolcándose por el suelo a lo croqueta y partiéndose de risa.
-Te crees muy gracioso ¿eh canijo malcriado? -le gruño
-Ezí -me contesta Grim con una amplia sonrisa.
Gruñendo, le dejo tirado en el suelo y me dirijo hacia otro pasillo con un propósito incierto.
-¿No quieres comer? Te he traído una tableta de chocolate -oigo tras de mí.
-¿Choc-colate?¿Has dicho chocolate? -pregunto estupefacto. ¿En serio ese crío me ha traído algo de comer?
-Sí, es para ti. Grim quiere a Jake. Grim cuida de Jake como de un hermanito.
Cojo la chocolatina como si valiese lo que vale un diamante y la abro lentamente, como si fuera a romperse.
Siento que se me han humedecido los ojos, y para cuando iba a darle gracias mil al niño, había desaparecido.
Ahora sin él me sentía muy inseguro.

Mientras devoro lo más despacio que me es posible para disfrutar del chocolate, continuo deambulando por los pasillos.
No es la segunda planta a la que llegué ayer tras mi encuentro con Grim, pero es casi idéntica.
De pronto, al llegar a un nuevo pasillo descubro unas escaleras grandes que descienden a otra planta.
Son las primeras escaleras que encuentro en el laberinto de pasillos, pero el hecho de que conduzcan a una planta baja no me hace demasiada gracia relacionándolo con mis primeras aventuras de ayer.
Sin embargo, si uno piensa en conjunto, el pasillo de las puertas en el que dormí ya no es el mismo. ¿Sucederá de la misma manera con las plantas?
Finalmente dejo de darle vueltas al asunto y comienzo a bajar los escalones algo nervioso.

El pasillo al que llego no está muy iluminado, pero se ve algo.
Comienzo a caminar con precaución y me paro en seco al observar que hay un niño de la altura de Grim, tal vez un pelín más bajito, de ojos azul grisáceo, casi translúcidos como un cristal coloreado y pelo completamente blanco, algo largo y medio desaliñado, parado en medio del pasillo con un peluche medio roto colgando de una mano.
-No deberías pasar tanto tiempo con G.
R se pondrá celoso y te castigará.
A R le gusta jugar con todo el mundo, pero no le gusta que otros jueguen con sus juguetes -dijo de repente con una voz demasiado inanimada para ser de un niño.
-¿Q-Qué? -le pregunto, desconcertado.
-Solo es un consejo. Haz lo que quieras. Pero será mejor que te olvides ya de G o al menos dejes de buscarlo.
R sabe bien cuándo alguien ha estado jugando con sus juguetes.
Ahora, me voy a jugar a mi cuarto. Adiós, J...
Me he quedado alucinando.
¿Quién demonios era ese niño tan fantasmagórico?¿Y de qué me estaba advirtiendo? Yo en ningún momento he cogido ningún juguete, y tampoco he jugado con...

Un gemido ahogado cruzó el pasillo.
Me quedo paralizado.
¿Qué ha sido ese sonido?
Se vuelve a escuchar, pero esta vez más contenido.
Me concentro un momento, con todos los sentidos puestos en alerta.
Otra vez el mismo gemido, repetidas veces, cada dos o tres segundos.
Entonces, identifico la voz.
Grim.
Salgo corriendo en su ayuda desde donde provienen los gemidos, hacia el interior del pasillo.

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