viernes, 29 de noviembre de 2013

-Capítulo 7_Tras las puertas

-Capítulo 7_Tras las puertas

Una deslumbrante ola de luz invadió la habitación, cegándome durante unos instantes hasta que me acostumbré.
Era una habitación bastante simple, con una moqueta gris oscuro, una cama baja pegada a la blanca y densamente decorada pared. Densamente decorada con marcas en sangre.
El intenso blanco del cuarto y la iluminación hacía que contrastase mucho más de lo que lo haría por ejemplo en el cuarto que se incendió.
La moqueta estaba plagada de cristales de diversos objetos, desde cristales de tarros de vidrio a fragmentos de espejos.
Los cristales de vidrio estaban esparcidos por el suelo y la gran mayoría manchados de sangre.
Los pedazos de espejo estaban pegados a la pared formando siluetas incoherentes que reflejaban luz e imágenes por doquier.
Sin embargo, lo que más destacaba era la pared.
Había pintadas en sangre que parecían un mural de pintura de dedos roja hecho por niños de primaria.
'B quiere mermelada. D juega y le da mermelada a B. B quiere mucho a D.' ponía en una pared.
'Recuerda la fecha... La fecha... 28 de enero. N hizo algo bueno por L. L quería a N. B quiere a D.'
¿Qué era todo eso?
Sobrecogido, di un pequeño paso hacia atrás. Entonces, sentí que había alguien tras mí.
Me volví y me vi cara a cara con un ser de pelo negro revuelto, pálido, ojeroso y de ojos rojos como los de un demonio.
Iba entero vestido de negro y medio encorvado.
Tenía ropa y cara salpicadas de sangre.
Olía tanto a sangre que se podía percibir mediante el olfato la clara presencia de hierro en el fluido.

Cerró la puerta de golpe y me puso contra esta.
De repente alza un afilado cuchillo empapado en sangre y me lo posa en el cuello.
-¿Qué hace alguien normal como tú aquí solito, deambulando por las habitaciones? -me pregunta, relamiéndose como un lobo que acorrala a su presa agotada.
Muerto de miedo, empiezo a tartamudear, pero me callo al sentir la fina caricia del filo del cuchillo que asciende por mi garganta.
-Sabes, querido huésped... Hace un día que se me acabó la mermelada... y si la venganza no llega cuando se acaba la mermelada... Beyond quiere SANGRE.
Y tú estás fresco, hueles bien, eres puro...
Dicho esto, sin despegar el cuchillo de mí se puso a olerme con fuerza, pegándose mucho a mí, y acto seguido a empieza a mordisquearme un lado del cuello.
Noto que me empalmo al morderme el cuello, pero aprovechando que ha retirado un poco el cuchillo le meto un empujón empotrándole contra la pared y salgo corriendo a toda prisa.
Puedo escuchar un aullido de rabia y me meto sin pensarlo en otra habitación.
Por suerte ésta no tiene nada extraño a simple vista y en una mesa hay una llave.
Rápidamente cojo la llave, la meto en la cerradura y cierro desde dentro.
Al instante llega el psicópata con sed de sangre e intenta abrir la puerta.
Sobrecogido, me quedo acurrucado en un rincón hasta que dando un puñetazo de rabia en la puerta se marcha aullando de ira.

Ya casi es de noche y apenas hay ya luz en el cuarto.
No solo he tenido la suerte de meterme en una habitación normal, sino que además tiene cama.
Agotado de la actividad del día me meto entre las sábanas vestido con la ropa de calle y me duermo en seguida, esta vez ya sin esperanza de despertar en casa.

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