sábado, 30 de noviembre de 2013

-Capítulo 13_Lujuria

-Capítulo 13_Lujuria

El brazo me termina de arrastrar hasta el interior de la habitación y oigo la puerta cerrarse con llave.
Está completamente oscuro y no veo nada, pero lo peor no es eso como tal. Parece ser que no estoy solo. Alguien me ha invitado a pasar la noche en compañía. Y ese alguien no es una persona cualquiera; es un maníaco sexual sádico.

Me hallo sentado en el suelo de espaldas a la puerta cerrada con llave con dicha persona acechándome en la completa oscuridad. No veo absolutamente nada. Únicamente escucho una respiración lenta y pesada aproximándose a mi oído.
Rape me pega contra la puerta y se me medio pone encima de rodillas con las piernas abiertas.
Apoya las manos en la puerta contra la que estoy empotrado, posando sus tensos antebrazos sobre mis hombros, manteniéndome totalmente aprisionado.
Por el tacto de sus brazos y sus piernas percibo que está completamente desnudo salvo en la entrepierna.
Empiezo a temblar como una gelatina y siento un sudor frío bajándome por todo el cuerpo. No hay escapatoria. Estoy completamente atrapado.

-¿Sabes lo que les pasa a los niños traviesos y a los chicos malos? -pregunta tiernamente una voz lasciva en mi oído.
Aprieto los ojos, pero las lágrimas de miedo resbalan irremediablemente.
-Oh, no llores Jake... -dice la voz con tono triste, pasándome el pulgar por las lágrimas. -Yo te consolaré. -gruñe con aspereza, ahora con un tono extremadamente perverso.
-¡¡¡¡NOO!!!! -aúllo fuera de mí, pero de un rápido movimiento brusco, Rape me agarra de la camiseta, me tumba contra el suelo y se me tira encima, inmovilizándome con su cuerpo.
Me da un ataque de pánico y me revuelvo como una anguila salvaje, gritando y llorando, pataleando intentando quitármelo de encima.
Al ver que mis esfuerzos son en vano y recordando que no hay escapatoria se me baja de golpe la adrenalina, dejándome sin fuerzas.
Estoy agotado.
No puedo oponer resistencia alguna.
Lloro desesperadamente, deseando morirme, pero mi actitud no ablanda lo más mínimo a Rape.
-Al fin te quedas quietecito. Anda que no me lo pones difícil. -gruñe separándose un poco de mí.
Oigo la hebilla metálica de mi cinturón soltarse y siento que me desabrocha el botón del vaquero.
Me duele el corazón de tanta agonía.
Luego abre la bragueta y me baja los pantalones hasta las rodillas.
Doy un pequeño gemido de temor, pero mi cuerpo está demasiado agotado como para oponerle resistencia a mi temible depredador.
Se me vuelve a poner totalmente encima y noto su 'bulto' apoyado justo encima de mi entrepierna.
Entonces pega sus finos labios a mi cuello y me empieza a morder incando los dientes hasta presionarme los nervios y los tendones.
Se me escapa un corto jadeo y le oigo dar un gruñido de satisfacción al sentir que me empalmo por el mordisco.

-Date la vuelta -me ordena con voz ronca.
-N-No... -me intento rebelar.
Malhumorado, me agarra de la cintura e intenta tumbarme boca abajo.
-¡No! -chillo desesperado.Pero al final lo consigue sin mucho esfuerzo.
-¡Déjame en paz! -vuelvo a lloriquear angustiado.
Me baja los calzoncillos completamente negros y se desempaqueta lo suyo.
-No... No... No... -tartamudeo. No puedo parar de llorar, siendo consciente de lo que está a punto de hacerme.
Un tremendo pinchazo me atraviesa el ano como una descarga y me deja sin aire.
Doy un grito de dolor y se me saltan unas cuantas lágrimas.
Aprieto los dientes para no gritar mientras se retrae y me vuelve a entrar provocándome un dolor atroz.
-¡¡¡Para ya!!!¡¡¡¡Por favor!!!! -grito, desesperado.
Pasa de mis súplicas por completo y sigue dándome por culo a su rollo.
Sin querer me salen gemidos, medio de dolor medio de placer. Eso parece provocarle más y lo acelera.
Poco a poco, una sensación de inmateriabilidad comienza a envolver mi mente, casi la misma sensación de cuando estás a punto de quedarte ya dormido del todo pero aún sigues ligeramente despierto.
El dolor y la angustia van quedando atrás, y lo único que llega ya a mis oídos es el sonido seco de un jadeo ronco y mi lenta respiración acompañada de un jadeo constante e involuntario.
La acción de penetración queda como una sensación monótona y apenas la siento ya como un impulso que entra y sale de mi cuerpo, como una ola en un hueco excavado en la roca a orillas de una playa.
Noto que va aminorando y que finalmente se detiene.
Sin levantarse de encima de mí, la saca, se la guarda y me sube los calzoncillos.
Vuelve a tumbarse con cuidado sobre mi espalda, me aparta el pelo y me da un beso en el cuello.
-¿Ves como al final no ha sido tan horrible? Yo lo gozo, tú lo gozas.
A esto se le acaba cogiendo el gustillo. -dice con una pícara sonrisa.
Le gruño como respuesta como él hace, a modo de negativa, pero se echa a reír.
-Ven anda, tío bueno. Estás muy bueno, no sé si te lo he comentado en algún momento.
Se pone en pie y me coge del suelo en brazos, apoyando mi tripa sobre su hombro y me deposita sobre una cama abierta.
Permanezco totalmente inmóvil, porque al más mínimo movimiento me asalta un aguijonazo en el ano.
Con delicadeza, me mete en la cama, me cubre con las sábanas arropándome y se mete en la cama junto a mí.
-Buenas noches, Jake -le oigo decirme al oído.
El agotamiento físico, psicológico y anímico pueden con mi cuerpo y caigo en un sueño donde un tío de pelo rojinegro corre detrás de mí para darme caza.

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