-Capítulo 3_Tras la sombra
Aún no tengo muy claro a dónde pretendo llegar yendo en busca de un espejismo, pero mi instinto me indica que vaya tras la enigmática sombra humana.
Abro la puerta con un crujido y salgo sigilosamente de la habitación dejándola algo entornada.
La oscuridad de la noche invade todos los rincones, salvo aquellos a los que llega la luz de la luna.
Intrigado, me dispongo a avanzar hacia donde está más iluminado, pero una extraña presencia me hace cambiar de dirección; acabo de sentir que alguien ejecutaba un movimiento tras de mí, y al volverme percibo que alguien echa a correr entre las sombras.
Sin pensármelo más, salgo corriendo tras él.
Sus pisadas son amortiguadas, como si caminase sobre algodón, y su respiración, inperturbable.
En cambio yo no paro de jadear y a pesar de ir en calcetines parezco un potro desbocado.
Sigo corriendo velozmente tras el intruso pero le pierdo al girar una esquina.
-Mierda -gruño en voz baja mientras recobro el aliento doblándome por el tronco.
Sin embargo, mi presa no ha huido lejos.
Siento su presencia tras de mí, y al girarme de un rápido movimiento me topo con dos brillantes ojos azul intenso que relucen con pudor en la oscuridad.
Brillan como un cristal a la luz de la luna y se asemejan a dos zafiros congelados, de color casi azul hielo.
-Hola, Jake -me saluda con una voz suave similar a un susurro de viento.
Doy un grito, pierdo el equilibrio y por poco caigo de culo sobre la moqueta del pasillo, pero el enigmático personaje me agarra del brazo y me pone en pie con un ágil movimiento similar a un practicante de esgrima.
Un frío inhumano me invade por dentro cuando su mano me engancha del antebrazo.
Atemorizado, le miro como si hubiese visto un fantasma.
-Q-Quien demonios eres... -le pregunto medio temblando, sin poder apartar la vista de sus cautivadores ojos azules.
-Ven conmigo Jake -me dice calmosamente poniéndome la gélida mano en mi hombro. -Ahora lo hablamos con más calma. Acompáñame a la sala de estar.
Dicho esto, marcho tras él en la oscuridad tiritando de frío como si padeciese de hipotermia.
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