-Capítulo 16_El animal que se ha vuelto

-¡¡¡Raaape!!! -grito en su cara, fuera de mí.
Sin decir una sola palabra, me coge rápidamente de ambas muñecas con una fuerza atenazante, y me empotra de cara a él contra la pared, haciéndome daño en la espalda por el impacto.
Me intento liberar de sus garras de acero, pero pega su cuerpo al mío y me mantiene en mi sitio.
-Dime Jake, ¿a qué te apetece jugar hoy?¿Esperamos a que se haga completamente de noche o empezamos ahora con un calentamiento previo? -me pregunta con un brillo sádico en la siniestra mirada lobuna y una sonrisa morbosa.
-Matt... -lloro con voz ahogada.
-A Matt me lo he metido yo por el culo -gruñe- se acabó el juego de niños, Jake. Vas a gemir... Uy que si vas a gemir... Quiero oírte aullar como una loba en celo.
-¡¡NO!!
Pero en un instante ya me había puesto de cara a la pared y me estaba desabrochando mi pequeña defensa central del vaquero.
Me revuelvo entre sus brazos, intentando darle coces alzando las piernas, pero adelanta la suya derecha y me bloquea por las rodillas.
Hace tanta fuerza con el brazo libre que me inmoviliza por el tronco.
Ya desesperado, echo de golpe la cabeza hacia atrás y le parto la nariz con un crujido seco.
Con un grito, se lleva las manos a la nariz sangrante, dejándome libre.
Sin pensármelo ni una milésima de segundo, salgo corriendo, pero se me cae el vaquero al suelo y tropiezo con ambas piernas cayéndome de bocas contra la moqueta azul noche.
Siento tras de mí que mi depredador se aproxima a mí, e intento ponerme en pie de nuevo para salir huyendo, pero se abalanza sobre mí y rodamos por el suelo enredándonos agresivamente.
-Esta vez no, Jake. Esta vez no te me escapas dejándome a medio camino -gruñe intentando oprimirme.
Le pego un manotazo en la cara, pero me agarra el cuello con las dos manos y me mantiene con la cabeza pegada al suelo, sentado de piernas abiertas sobre mi tronco.
-Ya te tengo, maldita liebrecilla -gruñe con una sonrisa diabólica.
Entonces un mechero de acero negro le golpea en la cabeza haciéndole soltar un aullido de dolor.
-¡Ya basta Rape!¡Déjalo ya!
Alzo un poco el rostro y veo un poco más al fondo a Grim con el cuerpo quemado medio desnudo, mirando hacia donde estamos con un brillo de determinación en la mirada.
Rape le enseña los dientes como un animal enfurecido gritándole:
-¡Estúpido crío¡¿No ves que ahora estoy ocupado con la cena?¡A ti ya te merendé antes!
-¡Vamos Jake, huye! -me grita Grim.
Ahora que Rape está con la guardia baja, pego una sacudida y lo tiro de encima de mí hacia un lado. Me pongo en pie a la velocidad de la luz, me medio subo corriendo los vaqueros y salgo huyendo por el pasillo a toda pastilla, perdiéndome en la oscuridad mientras una serie de aullidos de rabia resuenan en las paredes del corredor que acabo de dejar atrás.